“a quien idolatro y venero…”

Como una barca que se deslizara bajo el cielo
como un astro que girara perdido en su órbita
—ya sin derrotero—
como una vestal custodiando la eterna llama
—la llama del deseo—
como un vasto paraje yermo y desierto
como una playa solitaria ciñendo el ancho mar
como un ave que surcara el infinito en cóncavos planeos
como una sacerdotisa iniciando el ritual
—el mito es uno y eterno—
como una serpiente que se enroscara en lo alto
—y acechara el suelo—
así quiero sorprender
a quien idolatro y venero.

(13/08/03)

A. P.

Imagen: Robert Mapplethorpe